Ruta Terrestre

Desde que las vallas de Ceuta y Melilla-Nador fueron levantadas en la década de 1990 han sido transformadas en dispositivos cada vez más peligrosos y mortíferos para las comunidades en movimiento. Son la prueba más visible del daño que el régimen de fronteras provoca en las personas migrantes, y un claro ejemplo de la operatividad de la externalización de fronteras para la violación sistemática de derechos humanos.

A un lado y otro de las vallas se instaura una situación excepcional para las personas migrantes, convirtiéndose en territorios de no-derecho, donde durante estos años han muerto cientos de personas. De algunas se han encontrado sus cuerpos y otras siguen aún desaparecidas.
Las ciudades de Ceuta y Melilla han sido igualmente transitadas por personas de origen magrebí, argelinas y de países asiáticos, que cruzando escondidas dentro de vehículos, en los bajos de autobuses y camiones e incluso dentro de maletas han atravesado los puestos fronterizos.

ÚLTIMOS DATOS

Personas
desaparecidas

42

Personas
muertas

HISTÓRICO DE LA ZONA

1991

Construcción de las vallas

En esta década, la población procedente de países subsaharianos vio cómo se les imposibilitaba la obtención de un visado para viajar a Europa. Se identificaron los primeros cruces, que fueron respondidos con la construcción de vallas en ambas ciudades. 

2000-2004

Devoluciones ilegales desde las ciudades

En este período se normaliza las devoluciones a través de la valla de personas que se encuentran en las ciudades de Ceuta y Melilla. Se efectúan mediante redadas en las calles, en centros de atención a migrantes e incluso deteniendo a personas ingresadas en los hospitales. 

2005

Tiroteados en las masacres de Ceuta y Melilla

Cientos de personas atraviesan las vallas entre agosto y diciembre. Al menos quince personas murieron, cinco de ellas en Ceuta, con heridas de bala.  Marruecos inicia deportaciones masivas al desierto desde los campamentos informales  situados a pie de valla entre Bel Younech y Gurugú. Las imágenes de autobuses llenos de gente desesperada dan la vuelta al mundo. Miles de personas murieron en las deportaciones, mientras el Ministro de Asuntos Exteriores español felicitaba a Marruecos por su eficacia en el control fronterizo. 

2006-2011

Dinámica transnacional de vulneración de derechos

Se instalan concertinas con mayor capacidad letal. Del lado marroquí, armados con fondos europeos, las autoridades instauran un sistema de redadas y acoso constante contra los asentamientos informales de los bosques.  Las muertes, las mutilaciones de las personas migrantes se suceden, a la vez que se crean grupos de resistencia migrante que denuncian estas vulneraciones de derechos. En Marruecos se funda el Consejo de Migrantes Subsaharianos, primera organización de estas características en el país como respuesta a la Masacre del año 2005. Del lado español, las personas se organizan contra las deportaciones y las pésimas condiciones de acogida en las ciudades de Ceuta y Melilla, que se han convertido en cárceles a cielo abierto.

2012-2013

Tortura en frontera

El Relator Especial de la ONU para la tortura se une a la denuncia de las palizas, la violencia sexual y otras formas de maltrato a las que sistemáticamente son sometidas las comunidades migrantes. Las devoluciones ilegales a través de la valla se han convertido en un elemento más de represión, que se efectúa infligiendo torturas a las personas migrantes.

2014

Masacre de Tarajal

El 6 de febrero las autoridades españolas hicieron uso de material antidisturbios ante la presencia de personas en el espigón de Tarajal, cometiendo un delito de omisión del deber de socorro ante la situación de riesgo de perder la vida de numerosas personas. Catorce de ellas fallecieron a causa de esta intervención, quedando el cadáver de una aún desaparecido. Los cuerpos que quedaron del lado marroquí fueron identificados, los cadáveres del lado español continúan sin identificar. Las 23 personas supervivientes que lograron cruzar, fueron devueltas ilegalmente a Marruecos.  Las familias de las víctimas de la masacre iniciaron un proceso de movilización social que continúa a día de hoy, para exigir justicia e identificar los cuerpos que quedaron del lado español. Frente a la impunidad sostenida por la justicia española, organizaciones de todo el mundo se movilizan cada 6 de febrero como símbolo de lucha contra los crímenes en las fronteras.

2015-2017

Detenciones colectivas arbitrarias

Los campamentos en los bosques cercanos a Ceuta y Melilla se desmantelan. Se producen sistemáticamente detenciones arbitrarias, incluyendo menores, mujeres embarazadas y solicitantes de asilo que conseguían ser liberadas gracias a la movilización de la sociedad civil.  Las concertinas y el foso llegan también del lado marroquí . Las vallas aumentan de altura y el gobierno español oculta la ilegalidad de las devoluciones a través de la introducción del concepto "rechazos en frontera" de la Ley mordaza.

2018

Buena vecindad para la vulneración derechos

En agosto se aplica por primera vez el acuerdo hispanomarroquí de buena vecindad de 1992, situándose de forma torticera por encima del derecho internacional. Bajo éste paraguas se devuelve a 116 nacionales de terceros países a Marruecos.

2019-2020

Fortificar la valla

Se retiran las concertinas de la "valla española" sustituyéndolas por peines invertidos, y se levantan hasta los diez metros de altura. Las concertinas en la "valla marroquí" se mantienen y se eleva la valla hasta los dos metros.

2021

Negociaciones vs. Derechos

En mayo miles de personas cruzaron a Ceuta, convirtiéndolas en herramienta de negociación para las relaciones bilaterales hispanomarroquies. Los días posteriores miles fueron devueltas ilegalmente, entre ellas solicitantes de asilo y familias completas con menores de edad. El 16 de agosto dos abogadas consiguieron paralizar las devoluciones ilegales colectivas de menores a Marruecos tras haber sido ya devueltos 48 niños.

2022

Masacre Melilla-Nador

En abril, las buenas relaciones entre Estados se materializaron en un aumento de la represión de las comunidades migrantes. La escalada en la violencia desembocó en la masacre de Melilla Nador, que dejó 40 personas muertas, decenas de desaparecidos, y centenares de personas heridas. La colaboración interestatal se puso al servicio de la violencia, la omisión de socorro y las devoluciones ilegales. En marruecos centenares de personas heridas sufrieron desplazamiento forzosos y una persecución sistemática.

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